La reconocida revista científica The Lancet publicó recientemente una investigación financiada por el Wellcome Trust de Reino Unido. De acuerdo con el estudio, las personas con epilepsia tienen 10 veces más probabilidades de morir prematuramente, es decir antes de cumplir los 50 años, en comparación con la población general.
Estos resultados revelan la relación que existe entre la muerte prematura y la enfermedad mental, y explica que las personas con epilepsia son cuatro veces más propensas a padecerla que la población general.
“Esta relación entre la epilepsia y la muerte prematura ya se había detectado en estudios previos. Las cifras muestran que hay un caso de muerte prematura por año por cada mil pacientes, aunque también hay valores más elevados. Dado que la asociación entre ambas cuestiones se sospechaba desde hace un tiempo, se llevaron a cabo varios estudios epidemiológicos. Muchos coincidieron en este hallazgo”, postuló el Dr. José Antonio Bueri, jefe del servicio de Neurología del Hospital Universitario Austral (HUA).
En cuanto a las causas que podrían explicar esta asociación, el Dr. consignó que son múltiples, ya que por ejemplo en el marco de una convulsión generalizada típica puede producirse una obstrucción de la vía aérea, o bien apneas centrales, un edema pulmonar o una arritmia cardiaca.
“Cualquiera de estos factores puede ser causa de muerte súbita en ese marco; sin olvidar que otras veces las convulsiones pueden provocar accidentes vehiculares, traumatismos o ahogos, en caso que la persona esté en el agua”, agregó.
Por otro lado está la cuestión de las patologías psiquiátricas asociadas, que también contribuyen incrementando el riesgo, junto con la ingesta de alcohol u otras sustancias tóxicas que hacen más probable este tipo de complicaciones fatales. Por último, también puede ser que lo que genere un riesgo sean los efectos adversos de la medicación antiepiléptica.
“Esto quiere decir que factores intrínsecos, propios de las crisis epilépticas, pueden llevar al paciente a una muerte súbita o prematura, aunque también hay elementos asociados como drogas, alcohol o circunstancias acompañantes en el momento de las crisis que hacen su parte”, completó el Dr. Bueri.
Respecto a las cifras, el especialista indicó que tanto la epilepsia como la muerte prematura son más frecuentes entre los 20 y 40 años de edad, en una relación de 7/4 hombre/mujer.
“La asociación entre ambas cuestiones es menos probable en niños, ya que uno de los factores de riesgo para que ésta se de es el haber convivido con la enfermedad durante más de 10 años, aunque también cuenta haber tenido crisis epilépticas generalizadas, haber padecido un número elevado de ellas, y tener un control inadecuado de la enfermedad debido a la medicación (epilepsia refractaria)”, expuso el especialista.
Por último, al ser consultado respecto a la posibilidad de prevenir la asociación entre la epilepsia y la muerte prematura, el jefe del servicio de Neurología del HUA sostuvo: “Las personas con epilepsia deben saber que hay medidas y conductas que pueden evitar esta complicación. La primera es cumplir con las tomas de medicación antiepiléptica, para así tener el menor número posible de crisis, o ninguna idealmente. Otras son: evitar la ingesta de alcohol y de drogas, así como también prevenir situaciones que puedan desencadenar una crisis (por ejemplo la falta de sueño o el mirar luz intermitente)”.
En caso que, a pesar de estar tomando una medicación, sobrevenga una crisis, es importante no conducir vehículos, no practicar natación y no exponerse a situaciones de riesgo. Más allá de todo esto, el Dr. José Bueri se encargó de subrayar que la expectativa de vida en la epilepsia es muy buena si el paciente es cuidadoso con su tratamiento y evita situaciones que puedan provocar una crisis.
Además destacó que “los hallazgos de estos estudios ponen en evidencia un riesgo, así como también factores y situaciones que muchas veces pueden controlarse con el tratamiento y las medidas adecuadas”.
Algunos datos más sobre el estudio
Los investigadores de la Universidad de Oxford y el Instituto Karolinska estudiaron durante 40 años (entre 1969 y 2009) 69.995 pacientes con epilepsia nacidos en Suecia entre 1954 y 2009.
Compararon la mortalidad y la causa de la muerte de estos pacientes con otras 660.869 personas de la población general. El estudio también analizó a los hermanos no afectados de las personas con epilepsia, con el fin de descartar la influencia de factores del entorno, como los de riesgo genético y educación.
A lo largo del estudio, casi el 9% (6.155) de las personas con epilepsia falleció en comparación con menos del 1% (4.892) de la población general.
La causa más importante de muerte entre los epilépticos fueron los accidentes o suicidios, representando casi el 16%. Tres cuartas partes de estas muertes se produjeron entre los pacientes que tenían, además, un diagnóstico psiquiátrico.
“Éste es el informe más grande realizado hasta el momento, que examina las asociaciones psiquiátricas de la epilepsia y su contribución a la mortalidad prematura. Nuestra conclusión respecto a que 3/4 partes de los suicidios y las muertes por accidente fueron en sujetos epilépticos que también tenían un diagnóstico de enfermedad mental, identifica a ésta como una población de alto riesgo en la que centrar las estrategias de prevención y tratamiento más intensivo”, refirió el Dr. Seena Fazel, autor principal del estudio.
“La mejora de la identificación, el seguimiento y el tratamiento de problemas psiquiátricos en pacientes con epilepsia pueden contribuir de manera importante a la reducción del riesgo de muerte prematura que actualmente estamos viendo en estos pacientes”, finalizó.
Contacto:
*Dr. José Antonio Bueri
Jefe del servicio de Neurología
Hospital Universitario Austral
JBUERI@cas.austral.edu.ar