“Linfoma es la presencia de cáncer en los linfocitos. Así como existen muchos subtipos de linfomas, también hay diferentes presentaciones y pronósticos. Por lo general, esta patología se presenta mediante el aumento del tamaño de los ganglios linfáticos, del bazo y de otros órganos linfoides como las amígdalas o el tejido linfoide intestinal; aunque también puede aparecer la inflamación en órganos no linfoides como por ejemplo el hígado, la médula ósea o los huesos”, comentó Mariano Berro, del servicio de Hematología del Hospital Universitario Austral (HUA).
En cuanto los síntomas que identifican a esta enfermedad, los pacientes suelen presentar fiebre, sudoración profusa y pérdida de peso. También pueden verse otros síntomas como prurito generalizado, astenia (sensación de cansancio, fatiga y debilidad física o psíquica), o alguna otra manifestación, según la localización.
No obstante, más allá de la posibilidad de que se presenten todos los síntomas enumerados, también puede ocurrir que el linfoma se detecte como hallazgo de estudios indicados para otra patología como por ejemplo una tomografía.
“Así, la forma de presentación depende de si se trata de un linfoma indolente (suele no tener síntomas y puede ser simplemente un hallazgo) o agresivo (se manifiesta clínicamente)”, especificó el especialista.
Tipos y tratamiento
Hay diferentes variedades de linfoma. La clasificación clásica los subdivide en Linfoma de Hodgkin y Linfoma No Hodgkin (LNH), que a su vez engloba a una amplia variedad de linfomas.
“Aunque no contamos con estadísticas de nuestro país, para hablar de cantidad de casos solemos utilizar datos provenientes de otros como Estados Unidos. Allí, el linfoma de Hodgkin representa el 10% de los linfomas y tiene una incidencia de 2,4 cada 100 mil personas. Por su parte, dentro de los LNH, el mas frecuente es el Linfoma Difuso de Celulas B grandes que representa el 25% de los casos y su incidencia es de 7 cada 100 mil personas”, detalló.
Para el abordaje de esta patología es fundamental contar con un equipo multidisciplinario, ya que inicialmente es el médico clínico quien debe sospechar la presencia de esta patología, y realizar la pronta derivación al médico especialista, que es el hematólogo. “También juegan un rol fundamental el cirujano que realizará la biopsia para confirmar el diagnóstico, el anatomopatólogo que hará el diagnostico histológico y los imagenólogos que complementan la estadificación”, puntualizó Mariano Berro.
“Es importante contar con personal de enfermería especializado en el manejo de quimioterápicos, y con el seguimiento del equipo de psico-oncologia”, destacó. En este sentido, el especialista remarcó que el Hospital Austral cuenta con todas las herramientas para realizar los tratamientos estándares de acuerdo a lo que especifican diferentes guías internacionales, algo que lamentablemente no es posible en todo el país, razón por la cual el tratamiento dependerá del ámbito al que el paciente tenga acceso.
Al ser consultado sobre los avances y tratamientos, el Dr. refirió que “en el área de diagnóstico se están conociendo mecanismos fisiopatológicos que permiten y permitirán diseñar nuevas drogas dirigidas a blancos celulares específicos de las células oncológicas, que combinadas con los quimioterápicos convencionales han logrado mejorar enormemente la respuesta y la tasa de curación. Asimismo, el progreso en la radioterapia logró minimizar las toxicidades que anteriormente se describían, optimizando los tratamientos”.
Contacto:
Mariano Berro
Hematología
Hospital Universitario Austral
MBERRO@cas.austral.edu.ar