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El ACV es la cuarta causa de muerte en adultos

Viernes 30 de octubre de 2015

Si no se trata a tiempo, por cada minuto que pasa los efectos del ACV empeoran. Puede causar problemas muy serios problemas como discapacidad, pérdida de memoria, problemas de comportamiento y problemas en el habla.

“Se denomina ACV a la condición producida por una interrupción brusca en el flujo sanguíneo del cerebro cuya consecuencia posible es, al no recibir el oxígeno ni los nutrientes necesarios, la muerte del tejido cerebral. Este daño al cerebro puede causar una pérdida repentina de funciones dependientes de la parte dañada”, explica María Victoria Marquevich, médica de Terapia Intensiva del Hospital Universitario Austral.

Se trata de la principal causa de discapacidad y la cuarta causa de muerte en adultos. Es un problema serio que diagnosticado y tratado correctamente en las primeras horas de evolución puede resolverse en muchos casos.

De acuerdo con Marquevich, existen distintos tipos de ACV: “En la mayoría de los casos (80%) es isquémico lo cual significa que un coágulo se aloja en las arterias y detiene el flujo de sangre al cerebro. Es un infarto de cerebro. En el caso del ataque cerebral hemorrágico lo que lo provoca es la ruptura de un vaso sanguíneo, y la formación de un hematoma en el tejido cerebral, este es el conocido como derrame cerebral”.

¿Cuáles son los síntomas típicos de ataque cerebral?

• Debilidad súbita en alguna parte del cuerpo (cara, brazo, pierna). Esto implica no poder mantener un brazo en alto, por ejemplo.
• Dificultades para hablar.
• Confusión repentina.
• Aparición brusca de mareos e inestabilidad.
• Alteraciones súbitas en la visión o visión borrosa súbita.
• Dolor de cabeza intenso y de aparición repentina.

Se debe considerar que habitualmente no causan dolor y pueden pasar inadvertidos y desaparecer a los pocos minutos. El 30% de las personas que sufren estas advertencias tienen riesgo de presentar un evento mayor posterior.

“Es fundamental reconocer los síntomas y consultar inmediatamente. Los efectos de un ataque cerebral que no se tratan a tiempo pueden afectar la vida y las actividades de tus seres queridos

“Si se reconocen uno de estos síntomas ES HORA DE ACTUAR”, agrega el Dr. Pablo Pratesi, jefe del servicio de Terapia Intensiva del Hospital Universitario Austral.

Cada minuto que pasa los efectos del ACV empeoran. Si no se tratan a tiempo, pueden causar problemas muy serios como discapacidad, perdida de memoria, problemas de comportamiento, problemas en el habla.
Un solo síntoma es suficiente para buscar ayuda.

El ACV lo puede cambiar todo. Se debe llamar al servicio de emergencias al 107. Si sospechas que un ser querido esta teniendo un ACV no llames al doctor, no manejes al hospital. Lo mejor que pueden hacer es llamar al 107.
“Se sabe que por cada minuto de isquemia, por cada minuto que un área del cerebro no recibe oxigeno, se mueren 2 millones de neuronas. Perder tiempo es perder cerebro” – Dra. Victoria Marquevich, médica de Terapia Intensiva del Hospital Universitario Austral. Si el paciente llega a tiempo se puede instaurar un tratamiento específico. Cuanto antes se llegue mejor es el pronóstico.

En el Hospital Universitario Austral estamos capacitados con todos los medios y profesionales necesarios para tratar el Ataque Cerebral contando con un equipo especializado para el tratamiento el mismo encabezado por el Dr. Jose Antonio Bueri, jefe del servicio de Neurología.

Desde inicios de 2015 distintos trabajos han publicado el beneficio de la terapia endovascular en ACV siendo ahora un nuevo horizonte en el tratamiento el cual mejora no solo la evolución funcional de los pacientes sino que aporta una mejoría en la sobrevida de los pacientes – Dr. Alejandro Ceciliano, jefe del servicio de Neurorradiologia Intervencionista.

Los factores que pueden aumentar el riesgo de accidente cerebrovascular incluyen el sexo (los hombres son más propensos a tener ACV que las mujeres, pero las mujeres son más propensas a morir por ACV que los hombres), la edad (más de 55 años de edad) e historia familiar de accidente cerebrovascular.

Entre las condiciones médicas que pueden incrementar el riesgo se incluyen la hipertensión, la alteración de los lípidos sanguíneos (colesterol y/o triglicéridos elevados), la enfermedad carotídea, la diabetes, antecedentes de infartos de corazón, las arritmias cardíacas, enfermedades de las válvulas del corazón y trastornos hematológicos.

Existe una prevención primaria (para aquellas personas que no han tenido un ACV y desean extremar los cuidados para no correr ese riesgo) y una prevención secundaria (para aquellas personas que han tenido un ACV y desean extremar los cuidados para no correr el riesgo de un nuevo ataque cerebral). Ciertos estilos de vida pueden aumentar el riesgo de accidente cerebrovascular, por ejemplo el tabaquismo, el uso de algunos anticonceptivos (especialmente en mayores de 35 años y fumadoras), el uso a largo plazo de la terapia de reemplazo hormonal (por ejemplo para el manejo de la menopausia), la inactividad física (sedentarismo), la obesidad y el abuso de drogas.
No solo quien sufre el ACV se ve afectado. Estar al cuidado de una persona que ha sufrido un ataque cerebral es una actividad sumamente dificultosa, que usualmente supone una carga de estrés emocional y físico. Pueden generarse cambios en las relaciones familiares, cambios emocionales (tristeza, ansiedad), problemas de salud (depresión, inconvenientes articulares vinculados a la movilización del paciente), cambios en la calidad de vida (menor tiempo para actividades recreativas y personales), problemas económicos y laborales.

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Para mayor información y consultas por favor comunicarse con el Servicio de Neurología – Terapia Intensiva – Neurointensivismo del Hospital Universitario Austral – Dra. Victoria Marquevich ACV@cas.austral.edu.ar

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