En las últimas décadas las fiestas electrónicas aumentaron en frecuencia. La música, el baile y las luces se combinan con sustancias para sostener un ritmo que se prolonga en el tiempo y que modifica la sensopercepción. Las sustancias que acompañan estas fiestas son varias, la vedette es el éxtasis (MDMA) y sus acompañantes son el L.S.D., la ketamina, el popper, el G.H.B., entre otras.
Las pastillas que se venden en la noche no siempre contienen las mismas sustancias aunque se vendan como éxtasis, contienen distintas metaafetaminas que son más o menos tóxicas que el MDMA que tiene distinta duración de acción y distinto tiempo de inicio de acción.
El consumo de drogas de diseño tiene efectos nocivos en los distintos órganos y aunque no siempre se vinculen con patrones de adicción ponen en riesgo la vida de quienes las usan. En la fiesta electrónica del viernes pasado las vedettes fueron la hipertermia y el fallo multiorgánico generado por una droga de diseño que se llevó cinco vidas y cinco en peligro, por el momento. Esto sumado al calor y a la deshidratación que acompañaron a esta tragedia.
La pastilla que se encuentra involucrada comúnmente conocida como “Superman o criptonita” es una metanfetamina denominada PMMA o parametoximetaanfetamina. Ningún consumo de drogas de diseño es inocuo y pone en riesgo la vida de todos los que quieran experimentan con ellas.
Como padres tenemos que poder acompañar y marcar los límites con nuestros hijos, como profesionales de la salud debemos tomar el tema como parte de la consulta habitual en todas las etapas de la vida, no solo en relación al consumo en adolescencia.
Es importante que retomemos desde los distintos ámbitos nuestro rol de adultos responsables acompañando a los adolescentes y jóvenes en sus decisiones y conociendo los lugares que frecuentan, con quiénes comparten su tiempo libre y tratar que aprendan a divertirse sin la necesidad de haber consumido sustancias.
Dra. Verónica Torres
Pediatra y Toxicóloga
Hospital Universitario Austral