Está comprobado que la combinación de alimentos con el aporte de estas grasas protege al organismo de enfermedades inflamatorias y vasculares, razón por la cual este tipo de alimentación está considerado como “el paradigma” de la dieta sana.
Los primeros días después de las vacaciones ocurre lo mismo que a comienzos de año cuando las fiestas “pasan factura”: la pesadez y la sensación de malestar son moneda corriente.
Por eso aparece lo que podríamos llamar “locura detox”, una costumbre que sin recurrir a la dieta (entendiendo este concepto como plan de alimentación adecuado) que restrinja únicamente aquellas cosas que no aportan energía ni calorías saludables, pero destaque los alimentos más sanos y nutritivos, puede generar diversos trastornos.
“Una buena idea para recuperarse tras las vacaciones y deshacerse del exceso de grasas, sodio, alcohol y azúcares refinados es la dieta mediterránea. ¿Por qué? porque este tipo de alimentación es rica en proteínas ideales como las que aportan los pescados, que además se acompañan con grasas esenciales del omega 3. Y está comprobado que la combinación de alimentos con el aporte de estas grasas protege al organismo de enfermedades inflamatorias y vasculares”, explicó la Lic. Silvia Juárez, nutricionista y coordinadora Unidad de Soporte Nutricional del Hospital Universitario Austral (HUA).
“Por otro lado –continuó- la dieta mediterránea se compone de vitaminas y minerales provenientes de las frutas y verduras, que además aportan agua. En cuanto a esto, el aporte de frutas y verduras con sus poli fenoles tendría efectos sobre el rendimiento muscular y el envejecimiento; y hoy ya hay datos esperanzadores por sus características como antioxidantes”.
En cuanto a que frutas elegir, la Lic. sugirió las de estación como sandía, melón, ciruela o durazno, dado que tienen un alto componente de agua que ayuda a eliminar impurezas por la piel.
“Por su parte, con las legumbres y cereales integrales aportamos hidratos de carbono y fibras adecuadas y necesarias para el cuerpo; mientras que a través del aceite de oliva recibimos la cuota de ácidos grasos esenciales omega 6 que nuestro cuerpo no sintetiza pero sí o sí se necesita”, sumó la especialista.
Y también se puede completar el “plan detox mediterráneo” con leche de frutos secos (como por ejemplo almendra) para tener calcio, aunque dado que su aporte no es suficiente, es recomendable completar con otros alimentos fuente.
Finalmente, no hay que olvidarse de sumar una cuota de sol –por supuesto fuera del horario más riesgoso que va de las 11 a las 16 hs.- porque éste aporta vitamina D.
Si bien estos son los lineamientos generales y principales de la dieta mediterránea, lo cierto es que de acuerdo a la influencia de las diferentes culturas, se irán sumando carnes de aves de corral, pan fresco y pastas, e inclusive una copa de vino tinto en la comida principal.
“El hombre no consume nutrientes o alimentos aislados, sino que su dieta se compone de múltiples alimentos, que a su vez están compuestos por otros nutrientes y componentes. Dado que el resultado final de la dieta depende de la interacción entre los diversos componentes de los alimentos que conforman los grupos básicos de la alimentación, lo más importante es que el conjunto de alimentos sea el adecuado, algo que sabemos que sucede con la dieta mediterránea”, dijo Juárez.
Sin embargo, ésta debe llevar a cambios en el estilo de vida, y es así como la actividad física produce un efecto positivo sobre la vaso-relajación muscular y el organismo en general, y no solo por el aporte de antioxidantes.
“Actualmente puede decirse que la dieta mediterránea es el paradigma de la dieta sana, y que la adherencia a este patrón dietético se relaciona con una reducción en las enfermedades cerebrovasculares y sobre los eventos cardiovasculares”, concluyó la Lic. Juárez.
De hecho, recientemente investigadores de la Universidad de Edimburgo en Escocia determinaron que dieta mediterránea, que ya se sabía es saludable para el corazón, también puede ayudar a preservar la salud cerebral de los adultos mayores.
Los científicos llegaron a esta conclusión luego de examinar el volumen cerebral de cientos de adultos mayores durante 3 años, y descubrir que las personas que siguieron más de cerca los hábitos alimenticios comunes de los países mediterráneos conservaron más volumen cerebral, en comparación con los que no lo hicieron.
Contacto:
*Lic. Silvia Juárez
Nutricionista
Coordinadora Unidad de Soporte Nutricional
Hospital Universitario Austral