¿Qué necesitás?
- Luz brillante.
- Espejo de cuerpo entero.
- Espejo de mano.
- 2 sillas.
- Secador de pelo.
- Mapa corporal.
- Lápiz.
- Examiná tu cara, especialmente la nariz, labios, boca y orejas, por delante y por detrás. Utilizá uno o dos espejos para conseguir una visión más clara.
- Inspeccioná a fondo el cuero cabelludo, utilizando un secador de pelo y espejo para exponer cada sección. Si podés, pedile a alguien que te ayude.
- Revisá cuidadosamente tus manos: palma y dorso, entre los dedos y en las uñas. Continuá hasta las muñecas para examinar la delantera y trasera de sus antebrazos.
- Parado frente a un espejo de cuerpo completo, comenzá por los codos y escaneá todos los lados de tus brazos. No te olvides de las axilas.
- Centrate en tu cuello, pecho, y torso. Las mujeres deben levantar los senos para ver la parte inferior.
- Con la espalda al espejo, de cuerpo entero, utilizá el espejo de mano para inspeccionar la parte posterior de tu cuello, hombros, parte superior de la espalda, y cualquier parte de la parte posterior de tu brazo superior.
- Utilizá los dos espejos, explorá la parte inferior de la espalda, las nalgas, la espalda y ambas piernas.
- Sentate; subí cada pierna a la otra silla. Usá el espejo de mano para examinar los genitales. Comprobá el frente y los lados de las dos piernas, del muslo a la espinilla, tobillos, parte superior de los pies, entre los dedos y bajo las uñas. No te olvides de las plantas de los pies y los talones.
En el mapa corporal, marcá un punto correspondiente a la ubicación de cada peca, lunar de nacimiento, golpe, costras, escamas o mancha en la piel. Dibujá una línea para indicar el margen y la aproximación de su tamaño y color, y colocá la fecha.
Para cada examen después de eso, buscá el lugar en tu piel que coincide con cada punto, la nueva fecha de registro junto a la antigua, y anotá cualquier cambio en el tamaño, color o forma. Registrá todas las manchas que no se vean en el último examen.