“Es difícil expresar en palabras los sentimientos que tuve cuando los caminos de la vida me cruzaron nuevamente con Paulina casi 30 años después, en circunstancias diferentes, pero al mismo tiempo parecidas.
Comencé mi carrera como enfermera en 1988, trabajé con adultos y luego en cirugía cardiovascular pediátrica en la Clínica Bazterrica hasta el 2002.
En 2003 llegué a Neonatología del Hospital Universitario Austral, donde hoy continúo trabajando. Aquí, en el sexto piso, recibimos a los recién nacidos, asistimos en partos y cesáreas y cuidamos a los bebés junto a sus madres, en la Unidad de Cuidados Especiales Neonatales (UCEN).
El 12 de septiembre de 2023, un día como cualquier otro, me tocaba ir a la recepción de partos, y entre las mamás estaba Paulina, una mujer que había tenido una cirugía cardiovascular pediátrica cuando era bebé. Su hijo Hilario nació después de que terminó mi guardia y por temas de salud tuvo que estar unos días en la Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales, por lo cual no los conocí ese día.
Al día siguiente, una de nuestras puericultoras vino a mí con una pregunta intrigante: «¿Conocés a Paulina, la mamá de Hilario?» Paulina le había comentado que al nacer había sido operada por una tetralogía de Fallot (una enfermedad cardíaca congénita que afecta al corazón y los grandes vasos sanguíneos) en los años que yo trabajaba en la Clínica Bazterrica. Esto me generó intrigas, por lo que fui a charlar con Paulina y le sugerí que le preguntara a su mamá si recordaba qué enfermeras la habían atendido durante su internación.
Unos días más tarde, Hilario pasó a la UCEN y nos reencontramos. Allí Paulina me confirmó que nuestras vidas se habían entrelazado de manera única en el pasado.
Es difícil expresar la emoción de reencontrar a alguien que conocí hace casi 30 años, una mujer dulce y amorosa, ahora como madre de uno de nuestros pacientes, pero que a su vez fue mi paciente cuando era una bebé.
A lo largo de mi carrera, aprendí que los caminos de la vida se cruzan nuevamente, en circunstancias similares o diferentes. Lo más importante es hacer lo mejor que podamos, como profesionales y como personas. Porque el recuerdo que dejamos en el corazón de quienes cuidamos y sus familias tiene que dejarles una sonrisa, inclusive en los momentos más difíciles de sus vidas.
Hoy agradezco a la vida por darme la oportunidad de volver a cruzar caminos con Paulina”.
Magalí Weiss, enfermera de nuestro Servicio de Neonatología.