«Como enfermera, cada día me enfrento a situaciones que me recuerdan por qué elegí esta profesión. Uno de esos momentos inolvidables fue cuando atendí a una bebé de tan solo 20 días de nacida. La angustia de su madre, una primeriza luchando por alimentarla correctamente, era palpable en la sala de Pediatría. Pero ese día, mi labor trascendió más allá.

Al presentarme y transmitirle tranquilidad a esa mamá, pude enseñarle cómo alimentar a su pequeña de manera adecuada. Ver cómo la bebé se prendía correctamente al pecho fue una sensación indescriptible, llena de gratitud y satisfacción. Esa paciente, agradecida por la educación y apoyo que le brindé, volvió a su hogar con un peso menos en su corazón.

Ese día reafirmé mi pasión por la Enfermería y mi elección de pertenecer al equipo del Hospital Universitario Austral. Acá, más que en ningún otro lugar, encontré un hogar donde puedo ayudar y cuidar a quienes más lo necesitan. Ser parte de este gran equipo es más que un trabajo, es una vocación que me llena de orgullo y gratitud.

En el Día Internacional de la Enfermería, celebro no solo mi profesión, sino también la oportunidad de hacer una diferencia en la vida de quienes confían en nosotros. Ser enfermera es mucho más que un título, es un compromiso diario de amor y cuidado hacia los demás. Y no hay mayor satisfacción que ver una sonrisa en el rostro de aquellos a quienes hemos ayudado a sanar y crecer”.

Dafne Aguirre, enfermera del Servicio de Emergencias.