¿Sabías que la mayoría de las intoxicaciones ocurren en invierno? Sí, cuando más necesitamos calor, corremos el riesgo de ser víctimas de este peligroso gas.

Se lo conoce de esta forma porque el monóxido de carbono no tiene color ni olor, lo que lo convierte en un peligro difícil de identificar. Además, sus síntomas pueden confundirse con otras enfermedades, por eso hay que prestar atención a señales como dolores de cabeza, náuseas, vómitos, mareos y dolor de pecho. Si experimentás alguno de estos síntomas, ¡actuá rápido!

Para prevenir esta afección te compartimos algunos consejos:

• Utilizá solo artefactos de tiro balanceado en el hogar.
• Hacé revisar anualmente por un gasista matriculado tus artefactos de calefacción.
• Apagá las estufas cuando no las necesites, especialmente por la noche.
• Evitá utilizar la cocina o el horno como fuente de calor.
• Revisá regularmente calderas, grupos electrógenos y conductos de ventilación.
• Observá que la llama sea azul, no roja ni amarilla, y asegurate de que los conductos no estén obstruidos.

Con medidas simples, podés proteger a tu familia y evitar tragedias. Recordá que la prevención es clave ??