A lo largo de nuestros casi 25 años, fuimos protagonistas de varios hechos memorables. Destacamos, por ejemplo, haber efectuado un trasplante hepático “en dominó”, inédito para la literatura internacional médica. O bien, haber realizado el primer trasplante hepático a una mujer embarazada con una hepatitis fulminante, a quien no se le podía inducir el parto antes del trasplante porque el bebé era prematuro. Ambos casos –emblemáticos para nuestra Institución, con pocos antecedentes en el mundo y, hasta ese momento, ninguno en Argentina– permitieron salvar dos vidas.
Desde los inicios, nuestro Programa de Trasplante Hepático se ha desarrollado a paso veloz y firme, haciendo historia en reiteradas oportunidades. Ahora sumamos un nuevo y significativo hito: alcanzamos y superamos los 1000 trasplantes de hígado (de pacientes adultos y pediátricos), un nuevo logro que reafirma a la Institución y al equipo de trasplante como referentes en esta especialidad de alta complejidad, a la vanguardia en el desarrollo tanto de nuevos tratamientos como de técnicas quirúrgicas.
“Este logro es el resultado de nuestro compromiso inquebrantable con nuestros pacientes. Cada trasplante es una nueva oportunidad de vida y representa una gran responsabilidad para nuestro equipo”, afirma el doctor Martín Fauda, director del Servicio de Trasplante de Hígado de nuestro Hospital, uno de los centros de salud que más trasplantes hepáticos realiza en todo el territorio argentino. El especialista resalta “la fuerte impronta de nuestro programa en el trasplante con donante vivo, ya sea en pacientes adultos o pediátricos”. Y, al respecto, aclara que, de los 1000 trasplantes realizados, aproximadamente el 60 % fue en adultos, y el 40 % restante en niños y jóvenes.
Un evento para celebrar la vida
Con mil razones para festejar, celebramos el logro con una emotiva jornada que tuvo cita el 11 de diciembre en el Auditorio del Hospital, con diferentes actividades en las que pacientes y médicos compartieron sus respectivas miradas sobre la importancia de la donación en general y, en particular, la hepática.
Durante la celebración, Rafael Aragón –director general del Hospital Universitario Austral– y Fernando Iudica –director médico– hablaron sobre los orígenes de la Institución y su compromiso inalterable con brindar la más alta calidad en los cuidados de la salud y en la defensa de la vida, haciendo hincapié en el notable desarrollo que ha tenido el Programa de Trasplantes Hepáticos desde sus inicios en 2001, cuando se llevó a cabo el primer trasplante, apenas un año después de que el Hospital abriera sus puertas, ni más ni menos que en un niño con hepatitis fulminante y con la técnica de donante vivo relacionado.
“Es un día para celebrar, pero, sobre todo, para agradecer, en primer lugar a quienes soñaron y sentaron las bases de este sólido proyecto y muy especialmente a todos los que hicieron posible que realicemos ya más de 1000 trasplantes hepáticos en menos de 24 años. Este logro refleja el compromiso con nuestra misión y con nuestro propósito, que se materializan en el trabajo de los equipos asistenciales y no asistenciales. Todos ellos, además de superarse constantemente en los aspectos técnicos, lo hacen desde una perspectiva muy humana, poniendo a las personas en el centro y formando a las futuras generaciones para que sigan con este legado”, manifestó Rafael Aragón.
En consonancia, Fernando Iudica subrayó “la calidad profesional y humana de todo el equipo –médico y no médico– que permite que este programa funcione muy bien y de manera perfectamente coordinada. Mil trasplantes hepáticos es un número importante, pero más importante aún es que el equipo ha logrado muy buenos resultados, acompañando además a las familias de los pacientes a cada paso”. “Todo lo que hacemos es por y para nuestros pacientes y sus familias; ellos son quienes nos motivan a seguir superándonos día a día”, señaló el doctor Manuel Mendizábal, jefe del Servicio de Hepatología, también presente en el encuentro.
“No sé quién sos, pero sí sé que me diste una segunda oportunidad”, fue una de las líneas de una carta que, varios años atrás, le escribió Martín Grazziani -paciente trasplantado- a su donante desconocido que le salvó la vida, publicada en la Carta de Lectores de un importante diario argentino. Más de una década después, este paciente reiteró su gratitud con una lectura pública para todos los presentes del evento.
Además, en una conversación moderada por el periodista y neurólogo Nelson Castro, dialogaron los doctores Marcelo Silva y Gustavo Podestá, dos eminencias en la especialidad, fundadores del Servicio de Hepatología y del Programa de Trasplante Hepático de la Institución. “Un médico salva vidas, pero un maestro de la medicina forma especialistas que salvan generaciones”, reflexionó Nelson Castro en alusión a los mentados doctores.
“No hay protagonistas solitarios: detrás de cada trasplante hay un enorme trabajo en equipo”, expresó Podestá, mientras Silva recordó que el trasplante “es un compromiso comunitario de quienes ponen por encima de su dolor, la generosidad, sabiendo que, del otro lado, hay una comunidad médica que los acompaña, trabajando constantemente para salvar vidas”.
Por otra parte, tanto Silva como Podestá señalaron cuánto ha avanzado la cultura de la donación en las últimas décadas, advirtiendo la importancia de mantener el ímpetu y la generosidad a través de la educación constante. Resaltaron la labor fundamental del INCUCAI, “una de las estructuras públicas más nobles, transparentes y profesionales” de Argentina, que ha establecido estándares de calidad fenomenales no solo en el país sino para toda Latinoamérica.
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