Es sabido que el cigarrillo causa numerosas y diversas enfermedades. ¡Y a esta afirmación no escapan los ojos! De hecho, la catarata asociada a la edad es una de las tantas enfermedades producidas por el cigarrillo, relación estudiada por los años ‘80.

“La catarata es la opacidad del cristalino, una lente que se encuentra dentro del ojo para ayudar a que las imágenes se enfoquen en la retina. Cuando esa lente se vuelve opaca, deja de ser transparente, con lo cual se reduce el paso de luz. Además, cuanto más opaca se vuelve, menos visión tiene la persona”, explicó el Dr. Juan Pablo Salica, médico del Servicio de Oftalmología del Hospital Universitario Austral (HUA), quien mencionó que la catarata es la principal causa de ceguera reversible en el mundo, y la segunda causa de discapacidad visual luego de las ametropías (miopía, hipermetropía y astigmatismo).

Por eso es tan importante contar con estudios como éste, realizado en una población de hombres suecos de entre 45 y 79 años, en los cuales se analizó la relación entre dejar de fumar y las más de 5.700 cirugías de catarata realizadas en un lapso de 12 años.

“Lo importante de este estudio es que aporta una evidencia fuerte respecto a que dejar de fumar se relaciona con una reducción del riesgo de ser operado de catarata, más allá de que en la actualidad gracias a la tecnología disponible, la cirugía es un procedimiento cada vez más seguro”, comentó Salica.

Si bien esta investigación, publicada en JAMA Ophthalmology, consideró una población meramente masculina, en el 2005 el mismo grupo había publicado otra realizada en mujeres, también en Suecia.

En esa oportunidad concluyeron que las mujeres que fumaban menos de 10 cigarrillos por día durante más de 10 años, al dejar de fumar también por 10 años, reducían su riesgo de ser operadas, al mismo nivel que si no hubieran fumado; mientras que si habían fumado más de 10 cigarrillos durante el mismo tiempo, tenían que esperar 20 años para igualar su riesgo de catarata al de las mujeres que nunca habían fumado.

“Ambos estudios son confiables porque estuvieron bien diseñados y contaron con un número significativo de pacientes (44.371 hombres y 34.595 mujeres). Asimismo, el seguimiento fue prolongado (12 años), sin olvidar que fueron publicados en revistas serias y reconocidas en la sociedad científica.

Pero más allá de eso, lo que podemos decir es que a los 10 años de haber dejado de fumar ya se evidencia un beneficio muy significativo reduciendo el riesgo de ser operado de catarata senil, y que cuantos menos cigarrillos se hayan fumado y más tiempo haya pasado desde el último, mayor será el beneficio”, expuso el oftalmólogo.

Los riesgos en general, y asociados a la visión

La epidemia del tabaco es seria, ya que mata a más de 5 millones de personas por año, de acuerdo con los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Ocurre que fumar no sólo se asocia a fuertes limitaciones en la calidad de vida y al tabaquismo pasivo o humo de segunda mano, sino también a la pérdida de la capacidad funcional pulmonar y cardíaca, e inclusive a la pérdida de la vida.

¿Por qué? Debido a que está comprobado que inclusive aquellas personas que fumaron desde jóvenes, al dejar a los 30, 40 o 50 años de edad ganaron 10, 9 o 6 años de expectativa de vida. Cuando esto no ocurre, lamentablemente las cifras no son las mismas.

“Al encender un cigarrillo se liberan más de 4 mil productos químicos, de los cuales por lo menos 250 son dañinos, y más de 50 son cancerígenos. En el caso de la visión, estos productos químicos producen lo que llamamos ‘estrés oxidativo’, porque hay un incremento de productos de desecho de las células y una disminución de la capacidad para eliminarlos. Así, éstos se acumulan produciendo lesiones en los componentes del cristalino, y reduciendo la capacidad de reparación de esa lesión. Es por eso que se genera la opacidad del cristalino, cuadro que conocemos como catarata”, detalló el Dr. Juan Pablo Salica.

Para terminar el especialista esgrimió que se requieren medidas políticas de salud pública para prevenir la iniciación de nuevos tabaquistas, y promover la cesación.

“Como médicos de la salud visual, también debemos participar con el consejo de abandonar el hábito de fumar. Pero, más allá de eso, lo importante es que la persona que fuma encuentre la motivación necesaria para detener el consumo y busque la ayuda profesional para acompañarlo en el proceso”, completó.

Contacto:
*Dr. Juan Pablo Salica
Médico del servicio de Oftalmología
Hospital Universitario Austral
JSALICA@cas.austral.edu.ar