9 junio, 2019
En la porción distal del conducto anal es normal la presencia de unas estructuras constituidas, principal- mente por tejido vascular. Estas estructuras se llaman plexos hemorroidales. Cuando, la alteración (dila- tación) de estas estructuras deriva en una sintomatología (sangrado, dolor, protrusión etc.), se habla de enfermedad hemorroidal o hemorroides. Estos plexos pueden estar localizados bien en el interior del ano (plexos internos) o en el exterior (plexos externos). En función de qué tipo de plexo se dilate, hablaremos de hemorroides internas, externas o mixtas.
¿Cuáles son sus causas?
La patología hemorroidal es multifactorial, es decir, muchas causas pueden influir en el desarrollo de las hemorroides. Sin embargo, la más directamente relacionada con esta patología es el estreñimiento asocia- do a la realización de esfuerzos defecatorios frecuentes y repetitivos. Otras posibles causas de la patología hemorroidal son la diarrea, la ingesta de ciertos alimentos (picantes, alcohol, etc.) y el embarazo (motiva- das por la presión que el feto ejerce sobre la circulación del retorno venoso a nivel de la pelvis).
¿Cuáles son sus síntomas?
La definición de los síntomas en las hemorroides cobra especial importancia tan sólo cuando su alteración genera algún tipo de malestar. De esta forma, en casos en que los plexos hemorroidales aumentados de tamaño no producen ningún síntoma, no se puede hablar de patología o enfermedad hemorroidal. La clínica más común que aqueja a estos pacientes es el sangrado asociado en general a la defecación, acompañando a las heces o en las maniobras de higiene. En ocasiones puede ser abundante y alarmante.
Un síntoma frecuente es la salida al exterior de un “bulto” que se corresponde con una hemorroide interna que protruye hacia el exterior. La misma puede reducirse espontáneamente, ser reducida manualmente por el paciente o ser irreductible. El dolor no es un síntoma frecuente y cuando aparece está asociado a lo que se conoce como crisis hemorroidal o episodios de trombosis de las hemorroides. Otros síntomas de las hemorroides son: prurito anal, emisión de moco, etc.
¿Cómo se diagnostica?
El diagnóstico de la patología hemorroidal se deriva de la sintomatología descripta, seguida por la inspec- ción y una exploración física (tacto anal), en la que se confirma la dilatación patológica de los plexos hemo- rroidales. Sin embargo, dado que otras patologías benignas y malignas del tubo digestivo pueden cursar con emisión de sangre por el ano, cuando ésta aparece, incluso con un diagnóstico evidente de hemorroi- des, puede ser recomendable la realización de una anoscopía, rectosigmoideoscopía o una colonoscopía para descartar otras patologías.
¿Cuál es su tratamiento?
El tratamiento de la patología hemorroidal se implementará en función de la severidad de la sintomato- logía. Sin embargo, en cualquiera de los casos, es recomendable la adopción de una serie de medidas higiénic.o-dietéticas como las siguientes:
- Evitar el estreñimiento mediante una dieta rica en fibra (frutas con cáscara, verduras, cereales, .etc.) e ingesta de abundantes líquidos (500 cc por comida).
- Es recomendable evitar los episodios de diarrea, si éstos se presentan con frecuencia.
- Evitar comidas con picantes y el consumo excesivo de alcohol.
- Es muy importante no realizar esfuerzos en el momento de la defecación, de modo que ésta sea lo más espontánea posible, disminuyendo el tiempo necesario para completarla.
- En caso de padecer hemorroides, es conveniente evitar el traumatismo de éstas durante la higiene, siendo preferible el uso de lavados con agua tibia o con toallas pre-humectadas.
Si, pese a estas medidas higiénico-dietéticas, las hemorroides no mejoran o progresan, la siguiente opción para su tratamiento es la aplicación de tópicos mediante pomadas. Estos compuestos suelen presentar una asociación de anestésicos locales, antiinflamatorios (corticoides, etc.), descongestionantes venosos, etc. Se puede asociar al tratamiento local la ingesta de venotónicos para mejorar la circulación local y disminuir el proceso inflamatorio.
Cuando la enfermedad se encuentra más evolucionada, sobre todo cuando la dilatación de las hemorroides y el prolapso hacia el exterior es habitual, estas medidas no serán suficientes. En este caso se puede intentar la realización de tratamientos intermedios antes de la cirugía, como es la colocación de bandas elásticas. Este tratamiento consiste en la colocación de una ligadura en la base de las hemorroides para producir una fijación del tejido y evitar su protrusión hacia el exterior.
Este tratamiento solamente se realiza en caso de hemorroides internas, y su grado de eficacia depende de lo avanzado de la enfermedad. Cuando todo lo anterior no logra controlar los síntomas de la enfermedad se podrá recomendar la realización de una hemorroidectomía quirúrgica, es decir, la extirpación de los plexos patológicos mediante cirugía.
Existen varias alternativas adecuadas a cada caso. Recuerde que ante cualquier duda, lo mejor es consultar con su médico y él le aconsejará sobre el mejor tratamiento para usted.
Fuente: Hospital Universitario Austral – Información para Pacientes.