El hígado puede verse afectado por diferentes causas como infecciones virales, tóxicos/medicamentos, enfermedades metabólicas y causas desconocidas. El tiempo de evolución de la enfermedad hepática puede variar según la causa.
- Aguda: alteración en horas o días de la función hepática (ejemplo: intoxicación medicamentosa, hepatitis A, hepatitis B, etc.), que pueden llevar bruscamente a la falla hepática. En algunos casos, el daño puede ser potencialmente reversible y, en otras, requieren de un trasplante hepático.
- Crónica: forma más común de progresión de la enfermedad hepática. Se debe a una agresión sostenida al tejido hepático (ejemplo: hepatitis C, alcohol, hígado graso, etc.), que progresa hasta cirrosis, siendo habitualmente irreversible.
Sea la enfermedad hepática de instalación aguda o crónica, en algunos casos la insuficiencia hepática es severa y se debe pensar en un trasplante hepático. El proceso de evaluación para trasplante consiste en la realización de diferentes exámenes de laboratorios y estudios de imágenes, los mismos varían según el sexo, la edad y la causa de enfermedad hepática.