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01 Oct 2024

Consumir o ser consumido

La palabra “adicto” en latín significa sujeto, comprometido, obligado; en griego, esclavo. Los psicofármacos, el alcohol o el cigarrillo son los más conocidos, si bien hoy la seducción por el consumo genera muchas y nuevas dependencias.

Para vivir se necesita consumir, pudiendo conjugar este verbo con nutrientes esenciales o, en el otro extremo, la adquisición de productos de lujo. En el medio aparecen las más variadas opciones que pueden devenir en consumo problemático. No tiene que ver con qué se consume, sino “aquel que produce consecuencias adversas, afectando negativamente la relación con otras personas, el trabajo o el estudio” explicó la Dra. Josefina Carro Arias, coordinadora de Interconsultas en Salud Mental Adultos del Hospital Universitario Austral. “Es un profesional de la salud quien puede diagnosticar cuándo un consumo se vuelve compulsivo, cuando la persona no puede controlarlo. Los más conocidos son el alcohol, el tabaco, las drogas, el juego, la tecnología, las compras o la alimentación. Es importante la evaluación de un profesional de la salud para determinar si requiere supervisión o seguimiento médico”, recomendó.

Varios servicios para un problema

“La atención integral de esta problemática representa un desafío para el sistema de salud en Argentina”, declaró la Dra. Carro Arias. “Es frecuente que las personas que acuden a un servicio para atender o solicitar información acerca de diferentes tratamientos, encuentren dificultades. Existen varios servicios a nivel hospitalario y ambulatorio que pueden orientar para la consulta médica y derivar a posibles tratamientos como clínica médica, toxicología y salud mental”, agregó. La demanda de atención ha crecido exponencialmente, siendo un indicador de lo adverso que se vuelve el día a día para muchas personas.

La cultura actual estimula, multiplica y seduce los apetitos y deseos ante la publicidad de incontables productos. Muchos caen en la ilusoria promesa de felicidad y satisfacción que ofrecen. “La adicción no está definida por la dependencia física, sino por el comportamiento de búsqueda de la droga”, aclaró el Dr. Joaquín Navarro, del Staff de Salud Mental Adultos. “Estas conductas de búsqueda incluyen la pérdida de control en el uso, que es compulsivo y continuado a pesar del daño que produce. También por el deseo irresistible del consumo y la persistente vulnerabilidad a las recaídas a pesar de los años transcurridos desde el último consumo”, instruyó.

Cuando existe consumo problemático se ve afectada la motivación, la memoria y el aprendizaje. También la posibilidad de tomar decisiones por el uso impulsivo que termina siendo compulsivo. ”Estos aspectos son fundamentales para diferenciar un consumo recreativo de uno problemático”, reforzó el Dr. Joaquín Navarro

“Este tipo de consumo está atravesado por problemas que tienen que ver con el daño del sistema de recompensa y de toma de decisiones. Es decir, que requieren de una evaluación médica (toxicológica y/o psiquiátrica) y de un tratamiento específico, no solamente farmacológico, sino psicológico y de rehabilitación cognitiva”, coincidieron.

Legislación que acompaña

Hace diez años se promulgó en Argentina la Ley 26.934, Plan integral para el abordaje de los consumos problemáticos. Así como el concepto de adicción viró a una actitud particular frente al consumo, el ejercicio de esta acción también se puso en tensión, interpelando a los usuarios a ser más reflexivos a la hora de consumir. Desarrollar una conciencia crítica sobre el papel de las personas como un instrumento de presión frente al mercado y una contribución al desarrollo humano sostenible.

“Entendemos por Consumo Consciente y Responsable, la elección de productos y servicios no solo en base a su calidad y precio, sino por su impacto ambiental y social, y la conducta de las empresas que lo elaboran”,  establece el Estatuto de Autonomía para Andalucía en España. El Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea brinda fundamentos jurídicos del consumo y la producción sostenible: consumir menos y que sea lo más sostenible y solidario posible.

Comprar implica satisfacer una necesidad o un deseo pero también activar toda una serie de procesos económicos, sociales y medioambientales. Pensar y reflexionar antes de consumir previene altamente la posibilidad de generar un problema o dependencia.

“
Los padres hoy deben reconocer los riesgos a los que se exponen sus hijos. No facilitar el acceso a alcohol, juegos online y otras conductas en edades tempranas. ”
Dra. María Verónica Torres Cerino, jefa de Toxicología y Medio Ambiente del Hospital Universitario Austral

En este sentido, la Dra. Torres Cerino expresó: “Antes de los 24 años hay mayor vulnerabilidad, dado que el consumo puede alterar el desarrollo integral de la persona. Las pantallas deben ser supervisadas debido a que es importante ver qué consumen los jóvenes. El contexto actual invita al consumo problemático porque todo el tiempo y cada vez más se busca intensidad. No se le da a las personas espacio para el aburrimiento y la gente quiere evitar la frustración a toda costa. Es posible el consumo abusivo de una sustancia aunque es muy común el policonsumo. Puede ser alcohol, plantas y hongos alucinógenos, marihuana, cocaína, anfetaminas, entre otras. A esto se suman conductas que también pueden volverse adictivas, como el juego”.

 

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