La historia de Lorena
Son tantas las fechas que se suman, que hay que frenar el ritmo del discurso de esta mujer que contagia ganas de vivir, de agradecer cada minuto que estamos en este mundo. Ahora en diciembre, Lorena celebrará su segundo cumpleaños, el del día de la operación: “apareció mi ángel (casualmente tiene el nombre de uno de los tres Arcángeles) que gracias a la generosidad que implica la donación, me permitió seguir siendo madre de mis amados Sebastián y Joaquin, esposa, hija, hermana y amiga”. Estos roles enumeran el ejército de amor que esperaba fuera del quirófano el resultado de tan delicada operación.
“Desperté sintiendo la mano de mi hijo menor, sosteniéndome a la vida”. Desde que comenzaron los problemas de salud, su marido Carlos ha sido un apoyo incondicional, primero como novios y ahora casados, “mi familia es mi motor”, reveló. “Para un trasplante es muy importante el acompañamiento tanto de la persona que vive con vos como la parte profesional de un terapeuta” agregó.
Imposible mencionar en este testimonio a todo el personal enunciado por Lorena, “la genio de la gran Dra. Josefina Pages”, entre muchos otros con nombre y apellido más una legión de nombres y otros, cuyos roles hacen la diferencia: camilleros, enfermeros, todo el servicio de limpieza y cada uno de los que ingresaban a la habitación para que se pueda recuperar.
“Recuerdo el acompañamiento para que volviera lo antes posible a mi casa”. El llamado del Dr. Manuel Mendizábal, Lorena lo recuerda con precisión: “pasadas las once de la noche del 6 de diciembre del 2022. A las 7 del día siguiente ya estaba ingresando al quirófano”. Es destacable el enorme trabajo que hay detrás de cada trasplante, no sólo la imperiosa necesidad de la existencia del órgano vital que permite seguir viviendo, también la disponibilidad de equipos profesionales que están pendientes de los avisos del INCUCAI y la comunicación con los pacientes.
“Salvo la salud, todo tiene solución”, sintetizó Lorena luego de haber atravesado momentos muy difíciles en los que no se vislumbraba una salida. Ganó la vida.
