En plena pandemia, Delfi llegó al mundo como la cuarta hija de Camila y Mauricio, en un embarazo controlado y un parto natural de 40 semanas. Sin embargo, lo que comenzó como un momento de alegría pronto se convirtió en un desafío inesperado.
“El primer día de vida fue hermoso, pero al otro día notamos algo raro: Delfi no se alimentaba bien, se cansaba rápidamente y tenía regurgitaciones”, recuerda Camila. Estas señales llevaron a los médicos a realizarle un ecocardiograma de urgencia, confirmando un duro diagnóstico: varias malformaciones en el corazón de Delfi que requerirían entre dos y tres cirugías a corazón abierto.
“Aunque el mundo se nos vino abajo, Delfi, siempre sonriendo, nos dio la fuerza para enfrentar todo lo que se venía”, comparte Mauricio. A tan solo un mes de vida, Delfi fue sometida a su primera cirugía paliativa. Luego, a los siete meses, pasó por un cateterismo cardíaco. Sin embargo, en Uruguay, su país natal, no existía la posibilidad de una cirugía correctiva para su condición. “Decidimos buscar opciones fuera del país y habíamos escuchado hablar del Dr. Christian Kreutzer, un cirujano muy reconocido del Hospital Universitario Austral”, relata Camila.
La experiencia con el hospital resultó inmediata y esperanzadora. “A los dos días de contactarnos con el área de Pacientes Internacionales, el Dr. Kreutzer nos escribió directamente por WhatsApp. Nos envió una serie de estudios para realizarle a Delfi y, cuando le enviamos los resultados, nos dio la buena noticia: sí, era posible operarla en el Hospital”, afirma Mauricio. Con la confirmación en mano, comenzaron a gestionar el viaje.
El 22 de abril de 2021, Delfi fue sometida a una compleja cirugía correctiva en el Hospital Universitario Austral. “Sentíamos una enorme tranquilidad al saber que estaba en las mejores manos”, expresan los padres. Contra todo pronóstico, Delfi se recuperó mejor de lo esperado y, a los seis días de la intervención, recibió el alta médica.