Se recomienda realizar el primer Papanicolaou (PAP) un año después del inicio de las relaciones sexuales o a partir de los 21 años, lo que ocurra primero.
Antes de los 30 años, el PAP y la colposcopía deben realizarse anualmente. A partir de los 30 y hasta los 65 años, se incorpora el test de VPH, que detecta la presencia del virus en el organismo. Si el resultado es negativo, el control puede espaciarse cada cinco años. Si es positivo, se recomienda realizarlo anualmente.
La diferencia entre el PAP y el test de HPV es que el primero analiza las células del cuello del útero en busca de alteraciones que puedan indicar una lesión precancerosa o cancerosa., mientras que el test de VPH, en cambio, detecta la presencia del virus, principal factor de riesgo para desarrollar la enfermedad.
El cáncer de cuello de útero está directamente relacionado con la infección por el virus del papiloma humano (VPH), una infección de transmisión sexual muy frecuente. Otros factores que aumentan el riesgo incluyen:
✔ Tabaquismo, que favorece la persistencia del VPH.
✔ Inicio temprano de las relaciones sexuales.
✔ Tener múltiples parejas sexuales.
✔ No usar preservativo.
✔ Bajo nivel socioeconómico, asociado a menor acceso a controles médicos.
En sus primeras etapas, el cáncer de cuello de útero puede no presentar síntomas. Por eso, los controles son fundamentales. Cuando la enfermedad avanza, pueden aparecer signos de alerta como:
⚠ Sangrado anormal fuera del período menstrual.
⚠ Flujo vaginal con mal olor.
⚠ Dolor pélvico o lumbar.
⚠ Sangrado durante las relaciones sexuales.
El tratamiento depende del estadio de la enfermedad y puede incluir cirugía, radioterapia y/o quimioterapia. En estadios iniciales, la cirugía puede ser suficiente, mientras que en casos avanzados se requiere un abordaje más complejo con tratamientos combinados.
Un control que salva vidas
Hacerse los controles ginecológicos es un acto de cuidado. No lleva mucho tiempo, es accesible y puede marcar la diferencia entre una detección temprana con alto porcentaje de curación o un diagnóstico tardío con menor posibilidad de tratamiento efectivo.
Este 31 de marzo, en el Día de la Prevención del Cáncer de Cuello Uterino, recordá la importancia de cuidar tu salud. Un simple control puede salvar vidas.