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¿A qué llamamos alimentación complementaria?

Alimentación complementaria hace referencia al proceso a través del cual, se ofrecen a los lactantes alimentos solidos o líquidos diferentes a la leche materna o de formula infantil a manera de complemento y no como sustitución de la misma.
La alimentación complementaria es un proceso que se inicia cuando la lactancia materna no es suficiente para cubrir los requerimientos nutricionales de los lactantes. La nutrición adecuada durante los primeros dos años de vida es fundamental para el desarrollo del pleno potencial de cada ser humano, teniendo en cuenta que por ser una etapa de rápida velocidad de crecimiento, que impone requerimientos de energía y nutrientes mayores, las inadecuadas practicas de alimentación exponen al niño a un riesgo nutricional entre el nacimiento y los dos primeros años en un periodo critico de crecimiento y desarrollo, que podrían tener consecuencias en etapas posteriores de la vida.

¿A qué llamamos alimentación perceptiva?

El enfoque de crianza perceptiva tiene como objetivo la interpretación adecuada por parte de los cuidadores de las señales que ofrece el lactante .
En la alimentación perceptiva se hace hincapié en la importancia que tiene, que el cuidador responda a las señales de hambre y saciedad del niño, interpretando cuándo dar de comer y cuándo terminar. Ejemplo: el niño pide comida, señalando, llorando, vocalizando; el cuidador ofrece el alimento y el niño come y se calma; el cuidador continua alimentándolo hasta que el bebé rechaza, cierra la boca o retira la cuchara, es decir, demuestra que no quiere más. En ese momento el adulto suspende la alimentación.

Las guías de alimentación perceptiva recomiendan:

  • Dar de comer en un ambiente agradable, con pocas distracciones.
  • Asegurarse que el niño esté sentado cómodamente, idealmente frente a otros.
  • Tanto las expectativas del cuidador como las del niño en relación a la alimentación, es importante que se expresen con claridad.
  • Asegurarse de ofrecer una alimentación saludable.
  • Fomentar y responder a las señales de hambre y saciedad de manera pronta, predecible y apropiada al desarrollo del niño.

¿Cuándo se recomienda comenzar con la alimentación complementaria?

Se recomienda mantener la lactancia exclusiva durante los primeros 6 meses y a partir de ese
momento comenzar a añadir el resto de los alimentos en la dieta del niño.
En bebés que no reciben leche materna, no hay un consenso claro acerca de cuándo introducir
alimentos, y se podría considerar entre los 4 y 6 meses , aunque siempre es adecuado esperar que el niño sea capaz de iniciar este proceso por su desarrollo neurológico: debería mantenerse sentado con apoyo, ser capaz de tomar los alimentos con la mano y llevarlos a la boca, haber desaparecido el reflejo de extrusión (por el cual con la lengua saca los alimentos hacia afuera) y además, presentar interés por la comida.
Por otra parte, la incorporación de alimentación complementaria entre los 4 y 6 meses de vida también está en relación con la maduración renal, inmunológica y gastrointestinal.
En el caso del niño prematuro, nacido antes de las 37 semanas, es necesario evaluar su desarrollo motor, la presencia o no de patología crónica. Por esta razón la indicación adecuada deberá ser para cada niño de forma individual, conversada con su pediatra de cabecera. En general, una edad corregida de 6 meses suele ser apropiada para el inicio la introducción de alimentos semisólido en la mayoría de los niños prematuros, aunque esta indicación debería ser siempre apoyada por su pediatra de cabecera.

¿Qué alimentos utilizar y como ir introduciéndolos?

La forma de introducir y los alimentos a utilizar varían de acuerdo a las costumbres de cada familia. Por lo que las instrucciones en este aspecto no deben ser rígidas.
Se recomienda tener en cuenta incorporar alimentos ricos en hierro, zinc y proteínas.
Incorporar los alimentos cocidos de a uno para que se aprecie el sabor y textura de cada uno, de ellos, teniendo en cuenta ofrecer alimentos de diferentes grupos (carne, legumbres, verduras, frutas, cereales). No se recomienda el agregado de sal, azúcar, edulcorantes, aditivos ni conservantes. Es importante que el bebé se acostumbre al gusto natural de cada
alimento.

Con respecto a la textura de los alimentos, tradicionalmente se recomienda que las texturas
vayan modificándose de manera gradual, conforme el niño crece y presenta un desarrollo neurológico adecuado. Cabe destacar que la imitación colabora parcialmente con el desarrollo neuromuscular, y el aprendizaje del proceso de masticación y deglución de los alimentos, por lo que se sugiere que durante la introducción de alimentos se comparta con el niño la mesa familiar.
Actualmente existen nuevas técnicas de alimentación complementaria diferentes a lo tradicional ya descripto (ver más adelante BLW)

Recomendaciones de incorporación de los distintos alimentos

Frutas y verduras
Se recomienda ir introduciendo progresivamente gran variedad de frutas y verduras disponibles, en cualquiera de las comidas. La decisión de cuál incorporar primero estará en relación a los gustos y costumbres familiares. No hay unas frutas mejores que otras para iniciar la alimentación complementaria.
Se sugiere evitar las verduras de hojas verdes (espinaca, rúcula, lechuga, acelga) durante el primer año de vida, por poseer un alto contenido en nitratos y presentar riesgo de producir metahemoglobinemia.
Es importante tener en cuenta, que el gusto por diferentes sabores se aprende desde temprana edad, por lo tanto acostumbrar al paladar a sabores ácidos, como cítricos, amargos como el sabor de algunas verduras, favorecerá un consumo variado y adecuado de diferentes alimentos a lo largo de la vida. Se conoce que la exposición temprana a diferentes sabores disminuye el rechazo a probar alimentos nuevos.
Con respecto al consumo de jugos de frutas, se recomienda la ingesta de la fruta entera; los jugos no ofrecerían ningún beneficio, por lo contrario la ingesta de jugos, siendo aún naturales pueden contribuir a una ganancia de peso inadecuada, tanto sobrepeso, como escaso aumento del mismo por reemplazar al consumo de otros alimentos más nutritivos, siendo además un factor de riesgo en la aparición de caries.
Desde los 6 meses se pueden introducir frutas cítricas, que favorecen la absorción de hierro por su contenido en vitamina C. No hay evidencia en retrasar la incorporación de frutillas o kiwi, teniendo en cuenta en el caso de las frutillas realizar un lavado adecuado.
Recomendaciones de incorporación de los distintos alimentos

Lácteos y cereales
La leche materna continúa siendo el alimento fundamental en el niño entre 6 y 12 meses de vida, se recomienda mantenerla a libre demanda, no disminuir el número de tomas con el inicio de la alimentación complementaria, ya que esta no sustituye, solo complementa. Es el lácteo de primera elección y se recomienda por encima de cualquier otra leche, ya que los elementos biológicamente activos que están en la misma no se encuentran en las leches de fórmula. El
sabor de la leche materna varía con la alimentación de la madre y esto hace que los bebés que reciben lactancia materna acepten más fácilmente diferentes sabores. La lactancia puede continuarse hasta los 2 años siempre que la madre y el niño lo deseen.
En niños mayores de 6 meses con un número de 4 a 5 tomas por día, no sería necesario introducir otros lácteos.
Yogurt natural, sin agregado de azúcar pasteurizado o quesos crema o blandos se pueden ofrecer con el inicio de la alimentación complementaria.
La leche de vaca entera se recomienda recién a partir del año de vida.
En bebés que no reciben lactancia materna, a partir de los 6 meses se recomienda una formula de continuación, se sugiere mantener al menos dos raciones de lácteos diarios (aproximadamente 500ml/día) en la medida que la dieta se vaya diversificando.
Los cereales se pueden incorporar al inicio de la alimentación complementaria, introduciéndolos en la leche, acompañando a frutas o puré de verduras.
Se desaconseja la ingesta de cereales con importante agregado de azúcar o miel.

Alimentos ricos en proteínas
Grupo constituído por carnes rojas, pollo, pescado, mariscos, huevos y legumbres.
Es importante ofrecer alimentos de este grupo de manera variada, sobre todo los más ricos en hierro. Con respecto al pescado, limitar el consumo de los peces de gran tamaño y de vida larga (cazón, atún, pez espada) por la posibilidad de poseer contaminantes como el metilmercurio.
Las proteínas de origen vegetal, presentes en legumbres y cereales son una buena fuente de
proteínas, pero suelen ser menos digeribles que las de origen animal.
El huevo puede ser también incorporado a partir de los 6 meses completo, sin necesidad de separar yema de clara, teniendo en cuenta administrarlo siempre bien cocido por el riesgo de salmonelosis.

Alimentos ricos en hierro
El hierro es un micronutriente fundamental para un adecuado crecimiento y desarrollo. Sus depósitos disminuyen desde el nacimiento, llegando en el 6to mes de vida a valores bajos. De no comenzar a ofrecer alimentos ricos en este nutriente, el niño estará en riesgo de presentar anemia ferropénica. Por eso uno de los objetivos de la alimentación complementaria es aportar alimentos ricos en hierro para prevenirla.
Las fuentes principales de hierro son las carnes rojas, las cuales presentan una adecuada biodisponibilidad del mismo; también una buena opción es la yema de huevo y los cereales enriquecidos.
Hay también fuentes de origen vegetal con menor biodisponibilidad, es decir, más difíciles de digerir, pero que deben ser también tenidas en cuenta en la alimentación del niño, como ser legumbres, brócoli y frutos secos, los cuales deberán ser picados o en pasta por riesgo de atragantamiento.
Tener en cuenta además, que la vitamina C, presente en los cítricos facilita la absorción del hierro de los alimentos.

¿Cómo ofrecer los alimentos?

Consistencia

  • En la alimentación complementaria tradicional se recomienda ir de texturas líquidas a papillas, purés, picado fino y trocitos en forma progresiva, tratando de llegar a consistencias grumosas lo antes posible, para poder incorporar la dieta familiar alrededor de los 12 meses.
  • Las papillas y los purés deben administrarse solo los primeros meses de inicio de alimentación complementaria; si se continúa con este tipo de texturas se propiciarán dificultades en la aceptación de alimentos con mayor consistencia.
  • La OMS (Organización Mundial para la Salud) recomienda aumentar la consistencia de los alimentos siguiendo su adecuado desarrollo y crecimiento. La madurez neurológica tiene un rol fundamental para el avance en la consistencia de alimentos y debería ir cambiando en base a las habilidades adquiridas; no todos los niños las adquieren de igual manera, por lo que no se recomienda apurarse.
  • Hay que tener especial cuidado con los granos y frutos secos por el riesgo de atragantamiento por lo que no se recomiendan ofrecerlos enteros en esta etapa.

Ambiente

  • El marco afectivo en el cual se desarrollan las habilidades relacionadas con la alimentación es muy importante, para fomentar la autorregulación del hambre y la saciedad.
  • Estrategias a la hora de comer obligando, premiando y/o, presionando la alimentación, interfieren con la percepción del niño de su propia saciedad pudiendo aumentar el riesgo de sobrepeso o presentar problemas en relación a la comida. No utilizar los alimentos como premio ni castigo.
  • No ofrecer comida como consuelo.
  • Disfrutar de la comida en familia reforzando los logros.
  • Ser paciente con el ritmo de adquisición de nuevos logros.
  • Ante situaciones negativas , no enojarse.
  • Evitar distracciones a la hora de comer. Se desaconseja el uso de pantallas o juguetes.
  • Mantener rutinas a la hora de comer, sentarse a la mesa y compartir con la familia .

¿Cuál es la porción recomendada?

Con respecto a las cantidades, se deben ofrecer raciones adecuadas a edad y ritmo de crecimiento, seleccionando una dieta variada.
A los 6 meses, la alimentación principal seguirá siendo el pecho materno, que continuará ofreciéndose a libre demanda y frecuencia, a igual que en aquellos niños que reciben leche de formula.
La introducción de la alimentación complementaria se hará de manera gradual, inicialmente con pequeñas raciones, que irán en aumento, conforme la aceptación y el crecimiento del bebé. La cantidad (el peso o volumen de la ración) podrá ser distinta en función de la densidad energética o calórica del alimento ofrecido.
Al igual que con la lactancia materna, al incorporar alimentos debemos respetar las señales de hambre y saciedad, sin forzar a comer o distraerlo para que continúe comiendo.
La cantidad puede ser diferente de un niño a otro ya que el apetito puede variar en cada niño y según la circunstancia. Las expectativas de los padres muchas veces no concuerdan con la cantidad real y esto lleva a frustración y en muchos casos el horario de la comida se transforma en un momento tenso a diferencia de una situación de disfrute, la cual sería ideal.
Los padres deben centrarse en la variedad y disponibilidad de alimentos diversos, ya que
permitirá crear hábitos saludables que perduren en el tiempo, mucho más que en las cantidades concretas que se ofrecen y se aceptan.

¿Qué es el Baby – Led Weaning (BLW)?

Es una manera de introducir la alimentación complementaria, de forma distinta a la tradicional,
donde al niño se le permite dirigir el proceso desde el inicio: los padres ofrecen comida segura, saludable y variada, la colocan al alcance del niño y éste elige qué y cuánto comer.
Esta técnica podrá ser utilizada solo en niños sanos y nacidos a término, con desarrollo psicomotor adecuado, tanto en los que reciben lactancia materna como en los alimentados con fórmulas.
Si se opta por esta técnica (BLW) se sugiere que al principio se ofrezcan alimentos en palitos, así el bebé tomará el alimento con su mano y comerá lo que sobresale de la misma. En la medida que el niño tenga mejor manejo de la pinza digital los trozos podrán ir siendo más pequeños.
Es importante que los padres conversen con su pediatra y estén informados de manera adecuada, como así también que tomen las precauciones necesarias para administrar los alimentos de forma eficaz y segura.
También se puede optar por una combinación, donde el bebé experimente eligiendo sus alimentos, pero en alguna de las comidas los padres le ofrezcan algún pure o papilla.

 

Recomendaciones sobre el agregado de sal, azúcar y otros aditivos a la dieta del niño

SAL

Los bebés y niños pequeños requieren muy poca sal; la inmadurez renal no les permitirá manejar las sobrecargas de la misma. Por lo que no se recomienda agregado de sal a los alimentos de los niños. Para niños mayores de 2 años y adultos se recomienda limitar la ingesta de sal a menos de 5gr/día (esto equivale a 2 gr de sodio/día).

AZUCAR
Limitar el consumo de alimentos con alto contenido de azúcares, bebidas azucaradas, jugos, postres, lácteos azucarados, etc. El consumo de bebidas azucaradas aumenta el riesgo de obesidad y su consumo elevado lleva a un menor consumo de alimentos de mejor valor nutritivo. Muchas bebidas en el mercado poseen altos contenidos de fructosa, la cual puede producir cuadros de diarrea y a largo plazo se puede incrementar el riesgo de padecer diabetes de tipo II. Además, la utilización de azúcares y endulzantes favorece el gusto por el sabor dulce,
creando un mal hábito desde la niñez.

OTROS ADITIVOS
Se denominan así a todas aquellas sustancias que se añaden a un alimento o bebida con la intención de modificar sus características de elaboración o conservación. Estos aditivos pueden ser: colorantes, conservantes, antioxidantes, emulsionantes, gelificantes, espesantes, edulcorantes, entre otros.
Las golosinas, jugos artificiales y snacks presentan muchos aditivos, como así también los hay en hamburguesas comerciales.
Muchas de estas sustancias pueden producir reacciones alérgicas.
Se recomienda siempre preferir la alimentación natural, y aprender a leer las etiquetas de los alimentos y evitar aquellos muy industrializados con aditivos.

CONDIMENTOS
El uso de condimentos dependerá de las costumbres de la familia. En la alimentación del niño se pueden usar condimentos suaves como ajo, cebolla, orégano, albahaca o perejil, bien picados sin tallos.
No están indicados aquellos condimentos picantes como pimienta, pimentón, comino que pueden causar irritación gástrica.

Prácticas inadecuadas en alimentación complementaria

USO INADECUADO DEL BIBERÓN
El biberón solo debe usarse en ausencia de lactancia materna y únicamente para administrar la formula láctea, y no para otro tipo de bebidas. El mismo se debe comenzar a retirar a partir de los 7 meses y lograr no usarlo al año de vida, reemplazándolo por un vaso.
No se recomienda el uso de biberón a la hora de dormir, ya que favorece la aparición de caries. No administrar jugos en biberón, y evitar jugos comerciales que por su alto contenido de sorbitol producen fermentación y diarrea crónica.

CONSISTENCIAS Y TEXTURAS INADECUADAS
Las papillas y purés deben darse solo al comienzo de la incorporación de la alimentación complementaria.
Después de los 8 meses se debe ir incrementando la consistencia de manera progresiva.

Algunos consejos generales

  • No se recomienda la ingesta de infusiones como té, café, mate cocido, ya que pueden desplazar la ingestión de leche materna o de fórmula, como así también interferir en la absorción de hierro o desplazando otros nutrientes y crear malos hábitos de alimentación.
    Se desaconseja la ingestión de infusiones de hierbas, ya que algunas hasta pueden resultar tóxicas en niños pequeños, como el té de anís estrellado, paico, yerba de pollo, entre otros.
  • Se aconseja el aporte de agua potable en vaso y no ofrecer otras bebidas azucaradas.
  • La miel esta contraindicada en la alimentación de niños menores de un año ya que puede transmitir el botulismo.
  • No se recomiendan los caldos industriales dado su alto contenido de sodio, grasas y aditivos. Sí se pueden utilizar caldos de preparación casera, con alimentos frescos.
  • Los productos lácteos fermentados, muchos de esos endulzados con sabor agradable, hace que los niños consuman más porciones de las recomendadas, siendo el aporte de azúcares muy alto. Ofrecerlos de manera controlada.
  • No se recomiendan los lácteos descremados antes de los 2 años de vida ya que carecen de ácidos grasos esenciales y vitaminas liposolubles, que son de importancia para el desarrollo del sistema nervioso central.
  • La leche de vaca entera no se recomienda en lactantes menores de un año por su alto contenido de sodio y proteínas, además de incrementar el riesgo de anemia en esta edad.
  • La ingesta de huevo por separado clara de yema, no tiene ningún fundamento y puede administrarse desde los 6 meses. Se recomienda la cocción de la yema aproximadamente por 10 minutos.
  • Los cítricos, kiwi, frutilla pueden ofrecerse a partir de los 6 meses.
  • Actualmente no hay evidencia científica que avale que la introducción de alimentos alergénicos más allá de los 6 meses pueda prevenir el desarrollo de alergia a los mismos, independientemente del riesgo de atopia que presente el niño, en relación a sus antecedentes familiares.
  • En niños con riesgo genético de padecer enfermedad celiaca, se vio que la introducción temprana o tardía no modificaba el riesgo de presentar enfermedad celiaca durante la niñez.

Dietas veganas y vegetarianas

Las dietas vegetarianas bien planificadas pueden promover un crecimiento y desarrollo adecuado. La OMS refiere que una dieta basada en alimentos no fortificados de origen vegetal no satisface las necesidades de ciertos micronutrientes, por lo cual recomienda incluir lácteos, carnes, pescado o huevos.
Si por alguna razón la familia opta por seguir una dieta vegetariana, se recomienda realizar supervisión con un especialista en nutrición para monitorear niveles en sangre de ciertos micronutrientes y suplementar de ser necesario con hierro, zinc y/o vitamina B12 (que son los que pueden mostrar carencias en dietas no bien controladas).
Al iniciar la alimentación complementaria se debe tener en cuenta que las proteínas de origen vegetal suelen ser menos digeribles que las de origen animal.
Considerar que tanto cereales como leguminosas son buenas fuentes de proteínas, pero es necesario administrarlas de forma combinada y preparadas de forma tal de mejorar su digestibilidad y absorción para cubrir los requerimientos.
Los ácidos grasos omega 3 son ácidos grasos poliinsaturados indispensables en funciones que
promueven el desarrollo cerebral y de la retina. Están presentes en palta y aceite de pescado.

 

 

La vitamina B12 es un factor indispensable para el desarrollo del sistema nervioso y para prevenir ciertas anemias por lo que se recomienda aportar a través de alimentos como cereales fortificados, o bien si reciben lactancia materna, suplementando a la mamá. Esta recomendación es sobre todo para dietas veganas; en las ovo-lácteo vegetarianas o vegetarianas se debería suplementar de acuerdo a los controles de laboratorio.
Con respecto al zinc, en bebés alimentados con leche materna, los primeros 6 meses de vida están cubiertos, pero si la dieta es vegetariana la ingesta de zinc suele ser menor a la recomendada. Este micronutriente lo encontramos en cereales fortificados, leguminosas, germen de trigo, tofu.
En relación al hierro, hay que tener en consideración que la vitamina C favorece una mejor absorción del mismo, esta presente en cereales fortificados, así como porotos, judías, alubias.
En niños que siguen dietas vegetarianas o veganas hay que controlar muy de cerca su crecimiento, como así también su desarrollo neurológico. De ser implementadas se deberá consultar con un especialista en nutrición y evaluar la necesidad de recibir suplementos para evitar déficit nutricionales, que serán diferentes a lo largo del ciclo vital.

Aporte de nutrientes de acuerdo al alimento

HIERRO: carnes de todo tipo (vacuna, pollo, cerdo, cordero, vísceras, pescado), hígado, cereales
fortificados.
VITAMINA A: hígado, otras vísceras, leche, queso, manteca, aceite, yema de huevo, frutas y verduras de color naranja.
VITAMINA D: leches fortificadas, manteca, aceite, yema de huevo, hígado y pescado. Recordar además que la exposición solar contribuye en gran medida a su generación.
ZINC: carne, hígado, en otras vísceras, mariscos, pescados.

Recomendaciones en la preparación de alimentos

Es muy importante asegurarse de una adecuada cocción de los distintos alimentos, servirlos a una temperatura adecuada y no dejarlos a temperatura ambiente más de 3 horas.
En relación al uso de microondas, tener en cuenta que calienta a diferentes temperaturas los distintos alimentos; las verduras se calientan mucho más rápido que las carnes. Y los alimentos se calientan muchas veces más en la periferia que en el centro. Los recipientes de vidrio son los mas recomendados para la cocción con este medio.
En caso de ofrecer frituras, se recomienda que sea ocasional. Se recomienda usar abundante aceite, no mezclar diferentes aceites ni reutilizarlos, y cocinar con aceite bien caliente. Ofrecer a los niños los primeros alimentos que se fritan.
Asegurarse que las carnes no queden jugosas, ni rosadas o rojas en el centro. Una temperatura de cocción mayor a los 72°C inactiva la bacteria E. coli, importante como causa de síndrome urémico hemolítico. La cocción de la carne congelada llevará más tiempo.
Al cocinar pollo asegurarse que no queden zonas rosadas.

La carne picada puede tener mayor de riesgo de contaminación y deberá ser cocida hasta no tener zonas rojas o rosadas. Idealmente, la carne debería ser picada en el momento de comprarla, se debe mantener en heladera, con temperatura inferior a 5°C y consumirla dentro de las 48 hs.

Los huevos deberán estar completamente cocidos, tanto clara , como yema; esta última debe tener una consistencia compacta. La yema del huevo mal cocida puede resultar peligrosa por poder transmitir la bacteria Salmonella. Siempre conviene descontaminar la cascara antes de guardarlos en la heladera.

Se recomienda ofrecer verduras cocidas a menores de 1 año. Para mantener su valor nutritivo lo ideal es cocinarlas con poca agua, idealmente al vapor, o bien al horno en cocciones cortas o hervidas pocos minutos, ya que una cocción prolongada diluye parte de los minerales.
Utilizar tablas o cuchillos distintos para cortar carnes crudas y vegetales evitando así la contaminación de los diferentes alimentos.

Respetar la cadena de frío en carnes y lácteos ya que pueden permanecer como máximo 3 horas a temperatura ambiente.
Finalizar la compra del supermercado con las carnes, los lácteos y los congelados, para de esa manera no perder la cadena de frío.
Si un alimento congelado se descongela, consumirlo lo antes posible, no volver a congelarlo, o bien cocinarlo y así congelarlo.
Guardar lo antes posible los alimentos frescos en la heladera.
Corroborar siempre fechas de vencimiento.
Mantener la cadena de frío de los alimentos al descongelar y congelar la heladera.
No guardar alimentos crudos y cocidos juntos.
La carne cruda guardarla en estantes inferiores de la heladera para evitar que su jugo se derrame sobre otros alimentos, o bien guardarla en envases bien cerrados.
El pescado es preferible congelarlo y cocinarlo congelado para evitar la contaminación.
Los alimentos que van a ser frizados deberán congelarse rápidamente.
Se recomienda al descongelar alimentos realizarlo en heladera, evitando que se descongelen a temperatura ambiente

Tiempo de conservación de los alimentos

REFRIGERADOS EN HELADERA
La temperatura de refrigeración en heladera oscila entre 0° a 5°C. Colocar alimentos separados.
La conservación es limitada y depende de cada alimento.

  • 1 día: carne picada y pescado.
  •  2-3 días: carne cocida, pescado cocido, carne cruda.
  • 3-4 días: leche pasteurizada, leche esterilizada previamente abierta, verduras cocidas, postres caseros.
  • 4-5 días: verduras crudas, conservas abiertas.
  • Hasta 5 días: platos cocidos.
  • 2 a 3 semanas: huevos.

CONGELADOS EN EL FREEZER
Mediante la congelación se pueden conservar por más tiempo los alimentos crudos y cocidos, a
temperaturas inferiores a la refrigeración. Al congelarlos los tiempos de conservación son mayores.

  • Hasta 2 meses: pescado azul (atún, arenque, caballa, jurel, sardina) y mariscos.
  • Hasta 3 meses: pan y otros panificados.
  • Hasta 5 meses: pescados blancos magros (merluza, bacalao, abadejo, besugo, pez gallo, lenguado).
  • Hasta 6 meses: cerdo, vísceras, huevo batido.
  • De 6-8 meses: aves.
  • Hasta 8 meses: cordero.
  • Entre 8 y 12 meses: carnes rojas.
  • Hasta 12 meses : hortalizas y verduras.

 

Fuentes consultadas:
•Organización Mundial de la Salud. Guiding. Principles foorfeedingnon- Breastfedchildren 6- 24 month of age. http_//www-who.int/nutrition/publications/guidingprin_nonbreastfed_childpdf
•Gómez Fernández- Vegue, M. Recomendaciones de la AEP sobre la alimentación complementaria. Noviembre 2019.
•Bonadeo, M. Ciriaci, Cycol. 50 preguntas frecuentes de alimentación complementaria en lactantes sanos. Boletín médico del Hospital Infantil de México. Septiembre 2016.
•Perez Escamilla. Guía de alimentación para niñas y niños menores de dos años: un enfoque de crianza perceptiva. Investigación en alimentación saludable. Febrero 2017.
•Academia Española de nutrición y dietética. Texturas evolutivas en la introducción de nuevos alimentos.

 

Aclaración: Toda la información contenida en este artículo tiene solamente un propósito educativo y no sustituye el consejo, ni el cuidado que un médico u otro profesional de la salud pueda brindar. Si tenés preguntas acerca de la salud de tu hijo, comunicate con su pediatra de cabecera.

 

 

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