¿Sabes que ruido hace un niño al caer al agua?
¡Ninguno!
Un niño puede ahogarse en menos de un minuto y en pocos centímetros de agua. En general sin hacer ruido, sin salpicar, ni gritar.
Los niños pequeños, curiosos, activos y ansiosos por explorar sus alrededores se sienten atraídos por el agua. ¡Brilla, hace ondas, salpica e incluso puede hacer flotar las cosas! Pero no entienden que el agua puede ser peligrosa. Por lo tanto, es fundamental protegerlos de los peligros del agua donde viven y donde vayan de visita.
Según datos oficiales del Ministerio de Salud de la Nación, en la Argentina cada 5 días fallece ahogado un niño menor de 4 años.
La principal amenaza de ahogamiento que enfrentan las familias con niños pequeños es el acceso al agua inesperado y sin supervisión: piletas, jacuzzis, estanques, zanjas, acequias u otros contenedores de agua. Por ejemplo, el 69 % de los ahogamientos entre niños de 4 años o menos ocurren durante momentos no dedicados a nadar.
La prevención es vital, así que te proponemos algunas medidas para tener en cuenta:
- Colocá un cerco o valla que asegure todo el perímetro de la pileta incluyendo las inflables y piletas temporales. Debe tener una altura mínima de 1,30 m. Si tiene barrotes, que no estén horizontales porque pueden usarse como escalera.
- La abertura debe tener un mecanismo seguro de cierre que la aísle completamente de la casa y del patio, y que abra hacia el lado opuesto de la pileta. La puerta debe estar cerrada en todo momento y debe ser revisada con frecuencia para verificar que la traba funcione.
- Mantené los juguetes fuera del área de la pileta cuando no esté en uso para que los niños no
sientan curiosidad e intenten atravesar la cerca en momentos no dedicados a nadar. - No dejar mesas, sillas o reposeras próximas al cerco, que faciliten su escalamiento.
- Los bordes y el piso alrededor de las piletas deben ser de material antideslizante.
- Los cobertores y alarmas de piletas no excluyen la presencia del cerco.
- Vaciá totalmente, luego de su uso, las piletas “inflables” o “desarmables” o ubicalas en lugares no accesibles a los niños pequeños.
- Nunca dejes un recipiente con agua lleno y abierto sin atención. Cuando no los estés usando, asegurate de desechar por completo los líquidos de recipientes tales como:
•Baldes y cubos usados para limpiar o pintar.
•Refrigeradores portátiles con hielo derretido (hieleras).
•Tazones grandes con agua para mascotas.
•Cubos de basura o de reciclaje que podrían recolectar agua de lluvia. - Clases de natación adaptadas a edades y necesidades especiales. Lo ideal es la enseñanza a
cargo de personas capacitadas y con experiencia en natación infantil. Hay un nuevo programa de ISR (infant swimming resource) que les enseña a los más chiquitos a sobrevivir en el agua hasta que llegue la ayuda.
Los ahogamientos en edad adolescente se producen con más frecuencia en lagos, ríos, canales
o en el mar. El 25% de los adolescentes ahogados es por causa del consumo de alcohol.
Es muy importante designar un adulto en la supervisión de los niños pequeños en el agua.
El adulto designado debe prestar atención absoluta. Es importante que evite hacer cosas que le dificulten mantenerse concentrado, como usar el celular, trabajar en el jardín o beber alcohol. Asigná a un «vigilante del agua». En especial durante fiestas o días de campo junto a una piscina o un lago, cuando es fácil distraerse, esta persona tiene que ser la encargada de estar constantemente vigilando a los niños. Túrnense, pasando una tarjeta de asignación para la tarea de vigilante del agua al siguiente adulto después de un determinado tiempo (por ejemplo 15 minutos).
Te dejamos un ejemplo de tarjeta de “OJOS EN EL AGUA” para que la imprimas y la pasen de mano en mano: