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Mitos y verdades sobre las vacunas

«Las vacunas pueden dar autismo»

¡FALSO!

  • Este interrogante surge por un trabajo publicado en la revista científica “The Lancet” en 1998 por un médico Andrew Wakefield, que afirmaba que existía una asociación entre la vacuna triple viral (contra sarampión, rubéola y paperas) y trastornos del espectro autista. Este trabajo fue desestimado y la revista “The Lancet” tuvo que retractarse, ya que no estaba correctamente fundamentado. Posteriormente se realizaron numerosos trabajos independientes (Taylor et al, 1999, Madsen et al, 2002, entre otros) que demostraron que no existe tal asociación.

«Los adyuvantes y conservantes utilizados en vacunas (aluminio y mercurio) son seguros»

¡VERDADERO!

  • El aluminio y el mercurio son metales ampliamente presentes en el medio ambiente (comidas, suelo, plantas, agua, aire). La dosis acumulada de aluminio recibida por vacunas en los primeros 6 meses de vida es muy inferior a la recibida por la dieta (incluyendo leche materna y fórmula) (Keith et al., 2002; Mitkus et al., 2011).Además, las dosis de mercurio y de aluminio utilizadas están muy por debajo de la dosis mínima tóxica definida por la ‘Agencia de registro de sustancias y enfermedades tóxicas’.El mercurio utilizado en vacunas conocido como Timerosal (Etilmercurio) es un componente que es eliminado rápidamente del cuerpo, que no se acumula en los tejidos y no está asociado con alteraciones del neurodesarrollo como autismo, o mayor neurotoxicidad como el metilmercurio (Tozzi et al., 2009; Price et al., 2010).

«Recibir tantas vacunas en los primeros 2 años de vida afecta el desarrolla neurocognitivo»

¡FALSO!

  • Así como se ha estudiado y no se han encontrado asociaciones con trastornos del espectro autista, tampoco se han encontrado asociaciones con alteraciones del neurodesarrollo. (Smith and Woods et al. 2010, Iqbal et al., 2013).

«Es seguro que la embarazada se aplique la vacuna triple bacteriana acelular (dtap) y la antigripal»

¡VERDADERO!

  • La vacuna triple bacteriana acelular (dtap) está indicada en cada embarazo y protege contra tétanos, difteria y pertusis (tos ferina, tos coqueluchoide) que a través de la placenta le otorga anticuerpos al recién nacido para los primeros meses de vida. La vacuna antigripal también está indicada en cada embarazo y previene la enfermedad severa por influenza en la embarazada. No se han detectado a nivel mundial efectos por estas vacunaciones durante el embarazo. Recientemente también se incorporó al calendario de vacunación la vacuna para el virus sincicial respiratorio, la cual debe colocarse en la semana 35 del embarazo (Kharbanda et al., 2013, 2017; Zerbo et al., 2017).

«Las vacunas son efectivas en todas las personas»

¡FALSO!

  • Existe un porcentaje de personas que no generan anticuerpos con niveles protectores para ciertas vacunas. En algunos casos se puede volver a intentar con un nuevo esquema de vacuna (Ejemplo: Hepatitis B). Pero para proteger aún más a este grupo susceptible es importante que el resto de la población esté vacunado.

«Si la infección por varicela es tan común, ¿vale la pena vacunarse igual?»

¡VERDADERO!

  • Si bien es una enfermedad frecuente en la infancia, existen complicaciones severas por lo que la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomendó incluir la vacunación de rutina a nivel mundial para varicela.

«Varias enfermedades para las cuales nos vacunamos ya están casi desapareciendo, por lo que no vale la pena vacunarse»

¡FALSO!

  • Si bien muchas enfermedades ya son mucho menos frecuentes gracias a la vacunación masiva, los causantes de estas enfermedades todavía existen y pueden afectar a aquellos más susceptibles.

«Con las mejoras higiénicas-sanitarias a lo largo de los años ya no son necesarias las vacunas»

¡FALSO!

  • Si bien muchos agentes infecciosos se previenen con un correcto lavado de manos y correcta manipulación de los alimentos, existen otras vías de contagio por lo que las vacunas son necesarias.

«Las vacunas combinadas con muchos componentes saturan al sistema inmune»

¡FALSO!

  • Existen múltiples estudios que demostraron una buena inmunogenicidad y eficacia (generación de defensa adecuadas) sin mayores efectos adversos al recibir estas vacunas combinadas con múltiples componentes. (Hviid et al., 2005, Sherrid et al. 2017, Glanz et al, 2018,  entre otros).

«Las vacunas generan con mayor frecuencia enfermedades autoinmunes»

¡FALSO!

  • Importantes estudios no han logrado asociar las diferentes vacunas con un aumento de enfermedades autoinmunes como diabetes mellitus tipo 1 (Beyerlein et al., 2017)., Púrpura trombocitopénica inmune (Grimaldi-Bensouda et al., 2017). Esclerosis múltiple (Mailand and Frederiksen, 2017; Mouchet et al., 2018) y otros síndromes desmielinizantes.

    Si bien se ha descripto un aumento marginal del aumento de riesgo de Síndrome Guillain Barré por vacuna contra la gripe, este riesgo es muy inferior al que se da por la infección natural por virus influenza (gripe).

«Es mejor la inmunidad por la infección natural que por la vacuna»

¡FALSO!

  • Las vacunas estimulan al cuerpo para generar defensas contra la infección y sin riesgo de padecer la enfermedad. La infección natural también genera defensas, pero con el riesgo de padecer una enfermedad grave.

«La vacuna contra el VPH (virus del papiloma humano) puede generar infertilidad, deseo de iniciación sexual precoz o problemas de coágulos en la sangre»

¡FALSO!

  • Estos mitos han generado gran incertidumbre y se han realizado exhaustivos estudios, no encontrando ninguna asociación con estos interrogantes. (Grupo Asesor Global para la Seguridad de las Vacunas (GAVCS por sus siglas en inglés) de la Organización Mundial de la Salud).

«Cuando un niño no recibió las vacunas en tiempo y forma deberán reiniciarse los esquemas de vacunación»

¡FALSO!

  • No deben reiniciarse esquemas de vacunación, sino completarlos. Lo importante es recibir las dosis totales del esquema para que esté completo.

«Si un niño está cursando un catarro de vía aérea leve o está tomando antibiótico no debe recibir vacunas porque puede alterar la respuesta inmune»

¡FALSO!

  • Puede vacunarse. La respuesta inmune está intacta por lo que puede recibir vacunas y generar anticuerpos de la misma manera.

 

Aclaración: Toda la información contenida en este artículo tiene solamente un propósito educativo y no sustituye el consejo, ni el cuidado que un médico u otro profesional de la salud pueda brindar. Si tenés preguntas acerca de la salud de tu hijo, comunicate con su pediatra de cabecera.
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